6 de octubre de 2009

Atuneros vascos


El pasado 18 de junio de 2009 el Ejército de España –la ONG que no está en guerras sino en operaciones muy humanitarias- se hallaba de maniobras en las Vascongadas –o País Vasco- y terminó sus ejercicios en el Monte Gorbea que se encuentra entre Álava y Vizcaya. Allí desplegaron una bandera de España y se hicieron algunas fotos.

Este hecho fue duramente criticado por el Partido Nacionalista Vasco, los cuales consideran el Monte Gorbea un lugar muy simbólico para el movimiento abertzale. En compensación por el agravio sufrido, el PNV organizó una marcha para “reconquistar” –por decirlo de alguna manera- El Monte Gorbea de garras del españolismo.
La marcha tuvo lugar el 4 de julio de 2009 y hubo un contundente discurso de Íñigo Urkullu: presidente del PNV.

Meses más tarde, el mismo Partido Nacionalista Vasco pidió
la presencia de militares españoles en los barcos atuneros vascos que corrían peligro de ser atacados por piratas somalíes.

Los mismos señores que se sienten afrentados por la bandera y por el Ejército de España piden luego su presencia en los atuneros vascos. Al pensar en este hecho es fácil pensar que a la hora de pagar y de sacarles las castañas del fuego a los eternos quejicas: todos somos españoles.

El Gobierno de España se negó a la propuesta del PNV y, días más tarde, el atunero vasco “Alakrana”
fue secuestrado en el Océano Índico.

Un año antes, el 20 de abril de 2008, otro atunero vasco llamado “Playa de Bakio”
fue secuestrado en la misma zona por piratas somalíes. El rescate de 780.000 euros se pagó en Londres tras una negociación entre representantes españoles y abogados británicos. Lo cual vino a demostrar que los piratas son profesionales cualificados que tienen el secuestro y la extorsión como su modo de vida. La procedencia del dinero se ignora, pero quizá el dinero salió de los fondos reservados del Gobierno.

Por las mismas fechas, en abril de 2008, un yate francés, el “Ponant” fue secuestrado, pero
fuerzas especiales francesas lo liberaron y mataron a 3 piratas en una operación contra sus guaridas.

Dos maneras de solucionar lo mismo. Ante estos hechos cabe ponerse en la piel de los piratas somalíes que no tienen dificultad en elegir sus presas. ¿Un barco francés con riesgo de que nos maten? ¿O un barco español que pagará diligentemente y que encima se felicitará por el pronto pago y por no haber disparado ni una sola bala? No hace falta ser un genio para saber qué tipo de barco buscará un pirata somalí.

Los franceses siguen la vieja máxima de que al enemigo ni agua. Pero los españoles siguen la nueva máxima de que el enemigo es un ser incomprendido, con una infancia difícil, con padres que no lo abrazaron lo suficiente y con malas compañías que lo indujeron –demasiado pronto- a resolver sus problemas con un
Kalashnikov.

El escritor Arturo Pérez Reverte definió
con afilada ironía el 10 de mayo de 2009 nuestro insoportable y empalagoso buenismo: qué buenos somos…

“Y luego el operativo. Gabinete de crisis en Moncloa. Café y expertos. Ese presidente Zapatero telefoneando a Obama para preguntarle qué haría él en un caso similar, y el otro respondiendo que ya lo hizo: no pagar un duro y cargarse a los malos. Eso es totalitario, responde Zapatero. Indigno de un presidente afroamericano de color. Entre Sarkozy y tú me vais a desmontar el chiringuito con vuestros putos pistoleros. Nosotros tenemos Alianza de Civilizaciones, chaval. Somos líderes en eso. Además, te informo de que la violencia sólo engendra violencia. La piratería está tocando fondo, dentro de un par de meses empezará a disminuir, y mi gobierno ya toma medidas para que cuando desaparezca del todo, que será pronto, África y sus habitantes encuentren a España preparada para convertir aquello en Hollywood. Que no te enteras, tío”.

Y después, tatatachán, el desenlace. Al alba y con viento de levante, tras arduas y enérgicas negociaciones a través de la embajada de Cataluña en Mogadiscio, el ministro Moratinos anuncia otro éxito diplomático y humanitario sin precedentes: «Hemos pagado enérgicamente –dice sin despeinarse– el rescate en un tiempo récord, cosa nada fácil con las transferencias, los horarios de bancos y demás. En cuanto a lo que de verdad preocupa a los españoles, la salud de los piratas, diré que todos se encuentran bien; excepto uno que, al abalanzarse a robarle el reloj al señor Anasagasti, resbaló y se hizo pupita en un dedo. La ministra de Defensa ha fletado un avión para trasladarlo a un hospital de Madrid –ella misma le sostiene el gota a gota de plasma–, y confiamos en su recuperación. Son daños colaterales inevitables en estas operaciones de precisión y alto riesgo. Por otra parte, el cabo primero de infantería de marina Manolo Gómez Cascajo, que en un momento dado sugirió coger los Cetmes y achicharrar por el morro a los piratas, ha sido seriamente amonestado por Defensa, y su próximo destino será censar focas en Chafarinas. Por querer matar negros y por fascista».