22 de noviembre de 2010

La indiferencia de los haitianos


La foto fue portada del New York Times el 10 de julio de 2001. La hizo el fotógrafo español Javier Bauluz y la tituló “Pareja en la playa con cadáver”. La fotografía también se título en muchos medios “La indiferencia de Occidente”. La foto ganó el Premio Pulitzer.


La foto no quería mostrar, sino que quería educar y aleccionar. Quien la hizo pensó en que quería obtener una respuesta condicionada por parte de quien observase la foto. No había un afán de contar lo que pasaba, sino de fabricar una realidad inexistente.

Quien sabe algo de fotografía conoce que la elección de una lente/objetivo influye en el resultado de la fotografía. Un gran angular relativiza las distancias entre los elementos que componen la foto y amplía el ángulo de visión. Por su parte, un teleobjetivo consigue el efecto contrario: comprime las distancias de los elementos. La foto del premio Pulitzer está hecha con un teleobjetivo. Se ve en la proporción de las distancias. El fotógrafo escogió el teleobjetivo para acortar la distancia y para hacer creer que la pareja estaba más cerca del inmigrante muerto de lo que realmente estaba. El fotógrafo inventó una foto para ilustrar su odio a Occidente.



La fotografía no quiso mostrar a la Guardia Civil, ni a los cuerpos sanitarios que se desplazaron. La siguiente foto –hecha desde el ángulo contrario- muestra a la Guardia Civil, a policías de paisano, a periodistas y a curiosos. El protocolo que se sigue en estos casos es siempre el mismo y, en esta ocasión, funcionó como funciona otras veces. Pero el fotógrafo no quería mostrar eso, sino que quería enseñarle al mundo que Occidente es un organismo pútrido, despiadado y vil que no merece respeto.

Varios periódicos regionales mostraron fotos de ambulancias, médicos y jueces de guardia, que se tomaron ese mismo día. Pero el mundo occidental siempre está dispuesto a flagelarse y recrearse en su masoquismo. De manera que solo escogió la foto que mejor ejemplificaba su propia y repugnante conducta. Porque la culpa es inseparable de Occidente. Un occidental no es moderno ni avanzado si no se siente culpable. Nunca nadie habló de la “indiferencia del fotógrafo” que sacó su cámara y montó tranquilamente el teleobjetivo. El fotógrafo tampoco interrumpió su labor y tampoco corrió a abrazarse entre lágrimas al cadáver. Que quizá es lo que el fotógrafo hubiera querido que esa pareja hiciese. Pero el fotógrafo de la prensa socialdemócrata no fue puesto en entredicho porque sus acciones no violaron ninguna creencia socialdemócrata. La socialdemocracia es sabedora de su superioridad moral y por eso, cuando sus fotógrafos siguen haciendo tranquilamente su trabajo, no han de responder ante nadie. Puede que por eso se retoquen tantas fotos.

Las siguientes fotos se publicaron por la epidemia de cólera que arrasa Haiti. Nadie las tituló como “La indiferencia de los haitianos” a pesar de que la indiferencia es bastante evidente. Podríamos decir que la gente se resigna ante tanta miseria y que termina por habituarse a la muerte. Sea como fuere, nadie habló de la “indiferencia de los haitianos”. Acaso porque a un occidental nunca se le ocurriría exigirle a un tercermundista ninguna responsabilidad. Solo el occidental responde de sus actos. 


El habitante del Tercer Mundo goza de una moratoria que le permite no responder de sus actos ni ser puesto en tela de juicio. El occidental bastante ocupado está ya sintiéndose culpable. Sigue sin quedar claro por qué no se le exige la misma responsabilidad de sus actos a un señor de Haití que a un señor de Almería. A no ser que sea porque, en el fondo, se les ve como minusválidos. Y no se le puede exigir responsabilidad a un minusválido. Quizá porque no son responsables, tampoco son libres.



Aunque nunca nadie habla de qué le pasaría a un occidental muerto en una playa del Tercer Mundo. 

5 comentarios:

Tobias dijo...

Qué hacemos, JP? Los medios deberían ser de una manera que no son. Los políticos también, y no nos llevamos las manos a la cabeza. Los unos y los otros están motivados por motivos económicos.
Con los políticos puedo votar a partidos de los que nunca había oído, confiando en su inocencia. Con los medios solo puedo intentar leer varios y mantener los ojos bien abiertos a los doblones que te quieren meter. Lee el país o el mundo con los ojos bien abiertos y al final te dan ganas de abrir bien el otro ojo y cagar todo lo que has leído.
Otro ejemplo de que lo que interesa es la pasta y la fidelización del lector subnormal:
http://www.historiasdelaciencia.com/?p=508
y en www.malaprensa.com intentan cernirse a errores de presentación, pero muchas veces estos son intencionados, como la foto de tu entrada.
Abrazos congelados, a -10.
T

Juan Pablo Arenas dijo...

Fíjate que yo no creo que haya motivos económicos en tanta adulteración. En la mayoría de los casos, están emborrachados de ideología, que sube más que el orujo. La clave siempre residirá en leerlo todo; verlo todo y oírlo todo.

Gracias por el dato de Malaprensa.com no la conocía y me puede venir bien.

La foto de Bauluz es ideología capturada en millones de megapíxeles.

No pases frío.

JP.

Tobias dijo...

Jopete JP. Si el maestro de esgrima dice que hay indiferencia, entonces en qué quedamos? Jajaja.
http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/570/fotografie-auschwitz-caballero/
T

Juan Pablo Arenas dijo...

Yo creo que Reverte va más bien por otro lado.

Es cierto que el turismo en ocasiones parece una contemplación fría de piedras y ruinas. Si no has amueblado previamente tu cabeza con libros, las piedras son solo piedras. No percibes nada porque solo ves piedras. Ver un acueducto romano sin saber que eso era y es un asombroso desarrollo tecnológico, es como ver una piedra sobre otra piedra.

Y en cuanto a que ahora cualquiera juegue a ser reportero, tiene varias implicaciones. Por un lado es bueno que todos quieran saber y que todos sientan curiosidad por registrarlo. Prefiero una sobrecarga de información, antes que una carencia. Y no creo que la gente se limitase a mirar, si vieran que el asunto pintaba mal.

Pero quizá es que la muerte interesa, por mucho que nos adoctrinen para que no nos interese. La muerte interesa.

JP.

RETATIBO dijo...

Dónde moras, Juan Pablo??